domingo, 1 de mayo de 2016

Esta madre elige PAZ


Finalizando este domingo primero de mayo, beso simbólicamente el pie de cada uno de mis hijos.
Recuerdo sus nacimientos, nuestro primer abrazo, nuestra primera mirada, olerlos, explorarles con ternura, escuchar su respiración, sostenerles corazón con corazón y dar Gracias, gracias a la vida, gracias a este sueño, gracias a su padre que me acompañó de manera impecable y amorosa.
Nada me faltó, nada me sobró, todo fué perfecto, natural, libre, sin exigencias.
Acepté los rasgos de cada uno, su energía, su ritmo…
Ellos aceptaron el mio desde el primer suspiro, aceptaron mis brazos, mi piel, mi latido.

Dar vida a un ser, albergarlo en tu corazón, acompasar la respiración, amamantar sus células es una experiencia increíble. Ahora que ya son mayores, me gusta verles danzar con la vida, tirar de mis límites, imponer los suyos. Crecer con fuerza, oirles reír, acompañarles cuando lloran, cuando están cansados, elevar su ánimo, subir su temperatura cuando les baja, nutrirles, permitir que otros les nutran respetar sus espacios, sus deseos, reconocer su propia libertad, devolverles al mundo.

Gracias a cada ser que me ha acompañado, médicos, profes, amigas, amigos, PADRE, familia. Sé que cada uno habéis aportado un ladrillo a estos seres que hoy se mueven enérgicos por mis pasillos.
Huelo su ropa, observo sus formas de vestir, de responder a la vida y me conmuevo. Qué maravilla, que gran milagro, cuánta magia, solo puedo decir gracias, gracias y mil veces gracias.

Esta madre tiene planes, planes y caminos distintos a los de ellos. Esta madre quiere Sur, quiere playa, quiero contacto con sus clientes. Es una madre que danza también con la vida. Esta madre se acuesta y sabe ante todo que es una mujer, un Ser con experiencias que transitar, en soledad, con su espacio, su música, su ritmo.

Esta madre quiere leer un buen libro, tal vez escribir uno, quiere escuchar los sonidos primitivos del agua, del viento y del fuego. Esta madre quiere amarse, ser flexible cada día un poco mas, quiere volar bien alto como el águila de alas poderosas que sigue su camino y se detiene a veces para descansar.

Esta madre que soy yo se siente feliz en esta noche de mayo, mientras doy un sorbo a una copa de vino, rodeada de paz y de silencio. Esta madre elige PAZ  y a esa paz ellos volverán siempre que lo necesiten.

Feliz domingo de mayo, todo mi amor.

Almu Fuentes