lunes, 21 de diciembre de 2015

El Árbol tampoco existe



No existe.
Yo soy la hija de Dios experimentando y nada ni nadie tiene "narices" para llevarme la contraria. Esto es justo lo que hemos olvidado. Nuestro Poder.
Todo aparece ante mi tal y como yo lo pienso. Si no somos conscientes, no nos enteramos de nada y seguimos viviendo/jugando creyendo en una pequeñez que no existe.
Por eso, si yo creo que existe el Arbol, entonces aparece para mi.
Si creo que existe el abandono… lo experimento.
Si creo en el sufrimiento… lo vivo.

Heredamos lo que otros creyeron, lo que otros pensaron… o tal vez ni siquiera eran otros y éramos nosotros mismos… yo intuyo que es así.

No existe!!! el otro tampoco existe.

Ya no tengo miedo de decirlo, todo es un juego.
Todo es un sueño y yo soy todo lo que creo.
Es tan sencillo… tanto, que creemos que nos cuesta comprenderlo.

Almu Fuentes

lunes, 14 de diciembre de 2015

Doy lo que soy



Ofrezco lo que soy: tierra, aire, agua y fuego. No hay más ni menos.
Tierra porque ahí me enraízo, como la espiga con la que se hace la harina.
Agua porque me da cuerpo y me hace fluir.
Aire porque me da espacio para crecer.
Fuego porque me hace ser quien soy.
Y unos frutos rojos para dar el nombre: AMOR

Feliz semana

Almu Fuentes

martes, 1 de diciembre de 2015

¿Quién crees que nos dirige?



La niña es el consciente, la que quiere ir hacia arriba.
El Reptil, el inconsciente, el cerebro reptiliano, el que contiene el poder atávico (memorias ancestrales), el que quiere ir hacia abajo, hacia lo profundo.
El inconsciente que vela por nuestra supervivencia, nuestras funciones vitales.

Sonrío ante la insistencia de la niña, ante la inocencia de ese pequeño Ser que cree que controla.
Ella acabará bajando la escalera con toda seguridad, irá donde el reptil quiera llevarla.
El inconsciente elige el jersey rojo que me he comprado, el consciente dará una explicación razonada para la compra del jersey.
El inconsciente hará que pierda las llaves, que me equivoque de calle, que repita lo mismo una y otra vez. Controlará los sueños y cada acción.
Su función, comer real o simbólicamente, que no nos coman real o simbólicamente y vigilar.

El reptil guarda la fuerza, cada recuerdo, lo ha registrado todo. La información no se pierde. No se olvida de nada. Va a su bola, y tiene las palancas de nuestra biología. Pura supervivencia, guarda los programas biológicos, los activará en caso necesario.

Es muy primitivo, no razona, no entiende de tiempos, vive en un eterno presente. Por eso lloramos al ver una película… entre otras muchas cosas.

La niña es muy poca cosa… Nos vamos a enterar ya????

No vivas ajeno a tu reptil, respétalo, compréndelo y amalo… y si puedes, conócelo.

Almu Fuentes