viernes, 13 de diciembre de 2013

Un árbol de navidad natural, un gran regalo


Desde hace unos años, cada navidad, me regalo un árbol natural. Me costó vencer la creencia de que no merecía la pena, que era un lío, que los niños podían pincharse, que ensuciaba la alfombra, que era muy caro. Pero cuando sacaba el viejo árbol de plástico del trastero, algo en mi me decía que yo deseaba acabar con esas creencias.

Poner un árbol natural en casa me conecta con la tierra. Su olor invade el salón de naturaleza, de frescura, quedan tan bonitos decorados que merece la pena. Cuando acaba la navidad, lo llevo a un vivero y si ha sufrido con la calefacción de mi casa, rápidamente se repone. Los hay de todos los tamaños, los pinos son preciosos, los abetos lo son aún más.

Me gusta la tradición que inicié, cuidarlo y saber que es temporal, solo por unas semanas, que luego volverá a su entorno. Como es tu árbol de navidad? cuáles son tus creencias? te lo has planteado?

A mi me gusta compartir un tiempo con él, alegra la casa y da un toque especial a estos días... y observarlo me aporta paz y felicidad.

Almu Fuentes