miércoles, 27 de noviembre de 2013

Cuando hace frío y huimos


Cuando hace tanto frío, si podemos huimos... buscamos el calor del coche, el del hogar, el de la oficina, el de una tienda, entramos a tomar un café o lo que se nos ocurra, pero buscamos refugio. Muy pocas veces nos encontramos en lugares en los que no podemos huir y eso nos ocurrió anoche a un grupo de personas en un cementerio... El viento soplaba fuerte y helado, pero el cortejo seguía su rumbo, los rostros se paralizaban, las miradas se entendían entre ellas sin necesidad de palabras y las manos se escabullían por el primer rincón que encontraban.

El verdadero frío es aquel del que no se puede huir, lo demás es una aventura, lo demás es un juego. El frío que se adentra y te paraliza, el frío que no cede, que se ensaña, que amenaza, qué miedo da cuando hace tanto frío. Observé como las personas nos organizamos ante "ese frío", cómo recordamos de pronto el calor esencial, entonces, los brazos comienzan a rodear a los más afectados, salta la amorosa solidaridad humana. Los corazones se convierten en "estufas" que ceden el calor propio sin egoísmo. Es bonito ver el calor frente al frío, aunque sople el viento, aunque no dé tregua, aunque el cortejo no se detenga...

Abrigaros!

Almu Fuentes