jueves, 25 de abril de 2013

¿Reconoces nuestra unión?


Hoy voy a hablar del miedo. ¡Cuánto miedo tenemos o hemos tenído la mayoría de nosotros!

Yo tenía miedo, un miedo existencial que a veces ni siquiera sabía explicar.

Ese miedo del que hablo era básicamente un miedo sutil a la soledad.

Y claro la respuesta era sencilla: solo puedo sentirme sola si estoy separada.

Y ese era mi vacío, sentirme separada. Separada de los que estáis cerca y también de los que nunca he visto. Dicen que ésta angustia de separación es primitiva y viene del momento del parto, en el que nos separamos de nuestra madre, no digo que no tenga mucho que ver, pero siento que la separación va mucho más allá del mágico momento del parto.

Durante mucho tiempo, he buscado la forma, especialmente siendo terapeuta, de no tener miedo a la soledad y he leído mucho sobre la teórica respuesta: amarse a uno mismo o hacerse cargo de uno mismo, especialmente de la niña interior, esa a la que responsabilizamos casi todo el tiempo del sentimiento de soledad.

Las conversaciones que giraban en torno a la soledad, eran muy divertidas, a veces se supone que si yo me amo a mi misma, entonces no me importa quedarme un fin de semana en casa sin salir con mis amigas... no es necesario que me llamen mis padres o que me hablen mis compañeros de trabajo. Aceptar mi soledad es teóricamente que no me importe compartir o no mi tiempo, comer o no en compañía, ir solo al museo o incluso no tener ninguna necesidad... y ésto para mi no es del todo cierto.

Son nuestras creencias las que nos dicen que SOLO es igual a malo, pero también son las nuevas creencias que vamos sustituyendo por las viejas y que nos dicen APRENDE A ESTAR SOLO, así sin más, sin más explicación, como un acto heroico. Francamente para mi, es como decirle a alguien con claustrofobia , aprende a estar en un ascensor encerrado sin luz.  Si ésto fuera posible, sería genial, no lo dudo, pero yo particularmente siento que nos faltaban y aún nos faltan grandes explicaciones.

Dicen que los seres humanos, perdimos la información de nuestros ancestros en dos ocasiones, una de ellas fue precisamente en el incendio de la biblioteca de Alejandria en el siglo I. En aquella biblioteca, había conocimientos astronómicos, espirituales y médicos, entre otros muchos, de todos nuestros antepasados, egipcios, romanos, hebreos... desde entonces, el hombre se siente solo porque ignoramos, que formamos parte de una gran red, de un HOLOGRAMA UNIVERSAL y nos hemos dedicado muertos de miedo, a defendernos los unos de los otros, a pensar que no había para todos y atesorar, a robar, a quitar, a luchar, a enjuiciar y detrás de todo eso, está EL MIEDO.

No estamos solos. Nos lo han explicado mal, sin mala voluntad por parte de nadie. Nuestros ancestros directos vagaban sin mapas porque perdieron la información, esa que nos hubiera permitido saber, que somos más que un cuerpo, trabajar con la energía, y sentirnos parte del mundo que nos rodea.

Tal vez nos cueste mucho tiempo volver a entender todo aquello que nuestros ancestros nos dejaron escrito. Escribir para que otros te lean y partan de lo que tu ya sabes para avanzar. No estarán contentos nuestros antepasados allá donde estén, de aquel incendio, de aquella quema humana de sabiduría ancestral, pero tenemos la capacidad de recordar y ese es nuestro trabajo.

El miedo a la soledad que yo tenía, era el miedo a sentirme SEPARADA. Separada de ti porque he olvidado, porque mis ancestros directos olvidaron que somos una gran RED y yo imité sus conocimientos, los hice míos, y he vivido durante todos éstos años como un ser separado, asustado y vulnerable.

He tenido miedo a ser peor que tú, a tener menos que tú, un peor trabajo, una peor casa, a perder frente a tí, a que no me quieras, a que me juzgues, a que me ignores, a que no me comprendas, miedo a no estar contigo, a no conocerte, a tener que conquistarte, a tener que hacer algo para que me quieras. Miedo porque el ser humano se siente separado en muchos casos, hasta de las personas que más cerca están de ellas

No estamos separados, yo soy parte de tí, aunque no te conozca de nada y tu eres parte de mi aunque no nos hayamos visto jamás. Compartimos un mismo momento, estamos vivos a la misma vez, en la misma dimensión lo que tu hagas a mi me afecta y lo que haga yo, te afecta a ti. Y cuando me siento parte de ti, cuando me imagino abrazada y unida a ti, a cientos de miles de personas, a varios millones de seres humanos, entonces con solo imaginarlo, se me dibuja una sonrisa interior y siento una inmensa paz en el corazón.

Recordemos para los escépticos que durante muchos años el hombre pensó que la tierra era plana, no éramos bobos, es que habíamos perdido la información astrológica y astronómica y somos duros de convencer y demasiado newtonianos, creemos en lo que podemos tocar, en lo material, en lo físico. Yo pongo mi intención en entrar en un proceso de cambio, abrir mi mente y mi corazón a ésta nueva idea de UNIDAD y cada día voy a imaginarme así, unida, a tantos iguales como yo, sin hablar, solo respirando e imaginando tu mano en la mía, sin competir, sin envidias, sin juicios, tu cercanía, nuestra red. Voy a leerte y a celebrar lo que compartes con amor sintiendo que estamos unidos...



Qué juego tan divertido, qué feliz me siento hoy. Gracias

almufuentes@gmail.com