martes, 8 de enero de 2013

El placer de un baño caliente con consciencia


Confieso que pocas veces me lo concedo, pero ¡qué placer tan increíble cuando lo hago! Solamente escuchar el chorro de agua llenando mi bañera hace que me ponga nerviosa, a mi me encanta el agua muy caliente, ya sé que no es bueno, pero hoy hablo de puro placer emocional.

Un chorrito de algún jabón que huela muy bien y meterse poco a poco dentro del agua con espuma hasta tumbarse apoyando la cabeza en el borde.

Es verdad que no es tan cómodo como lo pintan las películas, pero tal vez mi problema sea que quiero hacer demasiadas cosas, también en la bañera, entonces, viene cuando se me moja el libro, no puedo pasar la página, intento pasarla con la nariz y acabo teniendo que buscar una toalla sacando el brazo helado del agua caliente...

El próximo baño que me regale será con más consciencia. Sin hacer nada, con alguna vela enfrente para tener presente el elemento fuego y observar como relaja... Un puñado de sal dentro del agua para darme energía y cerrar los ojos sin más ambición que la de respirar y fluir.

Un baño caliente y consciente... aporta mucha felicidad y ¡un inmenso placer!
¿Hace cuánto no te lo das?

almufuentes@gmail.com